La Romería de San Marcos "Ayer" ...

Todos recordamos esta romería con nostalgia, envuelta en mitos y leyendas ...
Los chicos no tenían necesidad de mucho preparativo para pasar un día feliz. La merienda se limitaba simplemente a la "culeca", Ésta se hizo en el horno el día que se amasaba para toda la semana. ¡Con qué ilusión íbamos a ver cómo nos ha ayudado o ayudar a hacerla! La cantidad del contenido depende de lo que habría en casa: más o menos chorizo ​​y en el centro el huevo duro, si las gallinas lo hubieran puesto. De todas formas, resultaba buenísima.
El día 25 de abril, prontito, eso sí, nos poníamos en camino, cada una con su "atillo de culeca". Lo haríamos por grupos de amigas. El tema de conversación era siempre el mismo. Cada una contaba lo que las abuelas le habían dicho.
El "Campiserrado" hubo un poblado cuyas gentes tenían sus servicios mínimos: La fuente de Fuencañón, la Iglesia de San Marcos donde se reunían a rezar avisados por las campanas - antes de que las hubiesen robado los vecinos de Ágreda para colocarlas en la iglesia de San Juan-, y el famoso "Castillazo", situado ente La Muela y San Marcos, que disponía de un refugio donde acudían las gentes del poblado y, tal vez los de Ólvega cuando se veían atacados por el enemigo. Sus características indican que fue un castillo militar.
Y ..., ¡qué ojos abríamos cuando nos contaban en el camino que lleva desde el "Castillazo" a la ermita de San Marcos había entrado en una cadena de oro! Nadie sabía por dónde justamente, pero todos aseguraban que estaba. Cada vez que se especifica lo que ocurre ... ¿Por qué no hacemos excavaciones por distintos sitios? ¿Se puede preguntar al señor más mayor por si puede darnos alguna pista? ¿No habrá ningún libro que lo diga?
Con estos mitos y leyendas, la hora del camino se nos hizo cortísima.
Al llegar al Santo, la más "entendidilla" explica lo que había en la ermita:
-Puerta románica del S.XII. Entrando a mano izquierda estaba la subida al coro y en la primera escalera, a modo de barandilla, había una piedra redonda bastante grande. Al que va por primera vez se le explica que pondrá el oído pegado a la piedra se cerían las monjas de Ágreda. El resultado Un buen coscorrón. Esta broma se repetía todos los años a los novatos que acudían.
Hay una mesa de piedra para celebrar la Eucaristía y por supuesto, la imagen del Santo, San Marcos.
La misa era de rogativas con las correspondientes letanías.
Durante la comida de la "culeca" los señores se "pasaban" las botas de vino. La sobremesa era animada y siempre manteaban a "alguno que podrían coger". Era muy tradicional, después de la comida, que los señores jugaran, afición que sigue hoy viva.
La vuelta siempre la hacemos por la vía, pasando el túnel largo de la Muela. El ver pasar un tren en esos tiempos era un momento que no podría perder, cuidando siempre de ir en fila india por el riesgo que había en la vía.

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