Es la capilla denominada antiguamente de los García y los Rodero. El arco de entrada es apuntado y se cubre con bóveda estrellada similar a la de la nave, cuyos nervios arrancan de ménsulas con cabezas de ángeles alados. Las claves se adornan con estrellas, menos la central que representa el disco solar.
El retablo es de traza barroca, del siglo XVIII, con buen dorado. Es más monumental que artístico. Su estructura está construida por dos columnas adelantadas que forman el cuerpo central, más saliente que el resto; y los otros dos cuerpos de los lados en talud, que en amplio derrame van morir al fondo del muro.
El entablamento dibuja pronunciados entrantes y salientes, al gusto barroco, y un complicado y aparatoso frontón se eleva hasta la bóveda, todo ello salpicado de motivos decorativos al estilo rococó.

En el nicho principal está la escultura de la Divina Pastora, titular que fue de una cofradía, fundada en 1783.
A los lados está Santa Bárbara, virgen y mártir, escultura barroca con su característica torre a los pies; y San Sebastián, titular de otra cofradía que hubo en la villa. Esta imagen estaba antes en la ermita de su mismo nombre. Es de buena factura y fina anatomía, lo mismo que el tratamiento del perizoma, fechable en el siglo XVI. En la parte superior del retablo, en el tímpano, se ve un lienzo interesante de la Virgen con el Niño bajo los ángeles, con cierto sabor bizantino.

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