Edad Contemporánea

"La iglesia ha quedado desprovista de muchas cosas, y particularmente de vasos sagrados, a resulta del tránsito que hicieron las tropas extranjeras (francesas) por esta Villa".

Esta nos muestra que a la invasión napoleónica siguieron otras muchas secuelas, como las requisas de cebada, avena y paja, para abastecer el ejército francés. Luego, en la Guerra de la Independencia, hubo que proveer de hombres, víveres y otros medios al ejercito español para luchar contra el invasor.
Sobresale el hecho de la muerte de un hijo pequeño de Agustina de Aragón. Ésta, respetada por la balas enemigas francesas, no lo fue por la peste. Enferma, y con su hijo también afectado por esta enfermedad, pudo escapar de los franceses (1809), que la llevaban prisionera. Pero en la huida, "llegada a Ólvega, perdió allí a su hijo". Así lo encontramos escrito en el Libro 8º del archivo parroquial, fol. 2 vto.
Fernando VII fue el último monarca que firma la "confirmación a la villa de Ólvega de un privilegio de exención de la jurisdicción de la villa de Ágreda". Fue dado en Madrid al 8 de Agosto de 1816.
El 15 de febrero de 1873 llegó a Ólvega el Boletín Oficial, en el que se manifestaba que el rey Amadeo había abdicado. Y por lo que se deja translucir del acta de la sesión del Ayuntamiento, la noticia no parece que despertara demasiado entusiasmo en la corporación, como se vio, por ejemplo, en la subsiguiente proclamación de Alfonso XII.
El cólera "morbo" de 1885 causó verdaderos estragos en la población olvegueña. Los enfermos fueron numerosísimos y los muertos casi llegaron a ochenta desde el 9 de agosto al 21 de septiembre. La población estaba afligida "bajo el pesado yugo del cólera". El médico, don Joaquín Febrel, por su dedicación y comportamiento de los enfermos fue declarado "Médico de Honor perpetuamente de esta Villa".

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